Con decir sí el mundo se vuelve más interesante

martes, 19 de agosto de 2014 - Publicado por Unknown en 20:15
Ayer tuve una noche particular. Todos sabemos que muchas veces los mejores eventos son los que pasan sin ser planificados, pero lo de ayer levantó dicho mensaje a nuevo nivel. Salir a dar un paseo por la ciudad y terminar en la inauguración de un restaurante vegano/crudivegano con una pinta espectacular y participación de monjes budistas es inesperado - tenéis que admitirlo. En final lo pasé muy bien - probando chupitos de zumos verdes, compartiendo no sé cuantos tipos de trufas y conociendo gente nueva.

No es ni  mi foto, ni el mándala que vi.
Una de las cosas que más me impresionó era un mándala de arena. Al verlo me dio cuenta de algo en que antes no había pensado - echar fotos a los mándalas de arena es absurdo y va contra de la idea del mándala. Para los que no lo sepáis - mándalas de arena las destruyen como parte de ritual para mostrar que nada en este mundo es duradero. Al verlo ahí, tan frágil y bonito sobre una mesa, teniendo en cuenta el tiempo invertido en su preparación y lo raro que es ver un mándala hecha así en Murcia tuve ganas de echarle una foto, pero se me pasó al recordar el sentido original de la obra y el ritual. Los mándalas de arena están mucho más bonitas en la vida que en las fotos justamente porque al verla te das cuenta que estás en presente de algo temporal y especial. Al echarle una foto estás preservando algo que intenta mostrar lo imposible y poco sana que es la intención de parar el mundo y quedarte atascado en un momento. Es una de las muchas cosas que admiro en la filosofía budista - la aceptación de que todo termina y motivación de coger cariño al  personas y situaciones sin tener resistencia de dejarles ir cuando ha llegado su momento.

Otra cosa de que seguramente tengo que hablar es la comida. Fue la apertura de un restaurante, que no se os olvida. Me gusta probar comida rara y lo que sí he aprendido de cambiar de país es que hay veces cuando tardo bastante en pillar el gusto a sabores que son muy diferentes de la comida al cuál estoy acostumbrada en este momento. Tardé mi tiempo en coger gusto al queso curado y semi-curado, al spaghetti aglio, olio e peperoncino de la cocina Italiana y algunas cosas más (creo que no soy única a quien le pasa esto), así que al ver la oferta estaba preparada que algo de toda la mesa no lo voy a disfrutar simplemente por ser tan diferente de mi comida habitual. En final y los zumos verdes y las trufas superaron la prueba de sabor y me quedé más que contenta. Lo que si para mi fue la estrella de la noche era la tortilla vegana. Si, españoles - se puede hacer tortilla de patatas sin huevo. El secreto es la harina de garbanzo. Si que había escuchado que el sabor de una tortilla vegana es muy parecido a la "verdadera", pero no esperaba que se pareciesen tanto. Podéis decir que tengo tres papilas gustativas y que no me entero de na´, pero tendría mis tudas en distinguir un trozo de tortilla vegana bien hecha y una tortilla normal. Si no me creéis os aconsejo probarla y a ver que opináis después.

Y en final quiero pedir un consejo - que hacer si te encuentres en lugar de un ritual de una religión que no es la tuya? Por mucho que me gusta la filosofía budista, no me considero budista y no medito. La noche terminó con un ritual de bendición por parte de los monjes. Lo observé y me encantó, pero me quedé fuera de la puerta y ni intenté de fingir que sé que se debería hacer en cada momento. Había mucha gente dentro de la sala con ojos cerrados y cada uno con su rollo. Seguramente entre ellos había bastante personas que sabían que hace y de que va todo el ritual, pero también había gente como nosotros - los que se habían encontrado el evento "por accidente" y/o con interés superficial en la cultura y religión budista. Como actuar en momentos así -hacer como lo he hecho yo y quedarte como un observador exterior, que puede ser visto como no participativo, o meterte dentro e intentar de imitar y participar? A mí no me queda claro.

En final seguramente volveré al lugar, ya que me pilla más que cerca y es no preciosa, lo siguiente. Estoy muy contenta con el hecho que he dicho sí a un plan improvisado, ya que hubiese sido igualmente fácil de decir "no" a la invitación y volver para la casa. Me hubiese quedado feliz, pero pensando que Murcia y mundo en general son menos interesantes de la realidad.

P.S. Para los Murcianos - se puede encontrar más información sobre el restaurante y las actividades de la asociación os aconsejo pinchar aquí. Están buscando también voluntarios y para mi su trabajo tiene muy buena pinta.