La historia de los niños marroquíes y el móvil que desapareció

lunes, 28 de mayo de 2012 - Publicado por Unknown en 23:23
Mi deber para la exposición era simple - preparar un juego. Lo hice. Quien podría pensar que las hojas de varios colores pegados sobre la pared y el dado verde comprado en un chino por un euro y cincuenta céntimos podría llevar a todo al que llevó. Es una historia larga, ya os digo.

Empezamos desde principio. Hice el juego pensando que el público serán los adultos, y no los adultos cualquieras, pero estos listos que mueven en los círculos de ONGs, llevan collares étnicos y con cada paso están intentando de mostrar que tolerantes que son y cuanto aman al mundo. Ni de coña. Me encontré con pasillos vacíos. Mayoría de los stands consistía del nombre de la asociación, par de carteles, una silla y un pobre representante aburriéndose.

En este paisaje ligeramente desértico un poco de vida trajo un grupo de chiquillos marroquí. Seguro que conocéis a este tipo de niños. Son como gorriones - están por todos los lados, aparecen y desparecen en los parques y callejuelas de todas las ciudades con un balón de fútbol. Mueven en grupos, hacen mucho ruido y quedan fuera cuando los demás niños ya están durmiendo en sus camas calientes. A los dueños de cafeterías y tiendas les dan mal de cabeza. Es que nunca tienen dinero, montan líos y uno siempre deben vigilar para que no se llevan las chucherías. Nadie sabe de donde vienen y a donde van estos críos. Se parecen tanto entre si con sus camisetas demasiado grandes y sus uñas sucias que si no te fijas, es difícil de entender si este niño es el mismo que viste ayer, o quizás era el otro... Y a quién importa? Son cómo gorriones - y nosotros y los gorriones vivimos en dos mundos distintos. En realidad, estamos tan acostumbrados a sus pequeños grupos que migran de un lado al otro que ni siquiera los vemos.