Como ser un inmigrante bueno

domingo, 11 de diciembre de 2011 - Publicado por Unknown en 11:59

Ser inmigrante es mucho más complicado que puede parecer en el primer momento. Cuando uno cambia el país donde vive, también cambia idioma, cultura, amigos, comida, ritmo del día, tiendas, clima, calles y hasta el aire que respira. 

En mi vida he pasado dos ratos fuera de mi país y ahora os puedo decir que la primera vez yo fue una inmigrante bastante mala. Estaba de Erasmus en Estonia. Tiré medio año saliendo con Erasmus y hablando con Erasmus. Punto. Nada de gente local, nada de discursos mas ajá de bares. Mal, mal, mal. Ahora, siendo más madura, lo lamento. Mi tiempo en España es muy distinto. Os explico que para mi son puntos claves para conseguir la mística ¨integración¨ y empezar a sentirse como en casa en el país extraño.


1. Aprende el idioma. Parece muy básico, pero en mi opinión no lo es. Con idioma no entiendo solo las reglas gramáticas y el vocabulario. Yo llegué en España con 20 palabras de Español y una de las primeras cosas que aprendí era ¨menos lobos Caperusita¨. Después vino ¨No son los Andaluces que exageran, son los demás que quedan cortos¨, ¨Cartagena pueblo, Murcia capital¨ y otras perlas del mismo estilo (Albacete, caga y vete). Idioma va más ajá de las palabras y hay cosas que no puedes aprender en los libros. El idioma sirve para conocer todo lo que tienes alrededor, para pertenecer y reírse. Conozco un chico alemán que vivió en España más de un año. El puede poner tildes y utilizar los malditos pasados de español mejor que yo, pero en final de su Erasmus preguntó que quiere decir ¨de puta madre¨. Quien de nosotros maneja mejor el castellano se podría discutir. 

2. Aprende la historia.  Vengo de un país con una historia totalmente distinta de la de España, pero solo ahora estoy leyendo un libro sobre historia Española y lo veo como un fallo mio. Debería haberlo hecho ya hace muchísimo tiempo. Mi idea de historia de España se formó en una manera muy fragmentada. Había reyes católicos y los árabes, un tío que se llama Franco pero quién fue primero no tenía ni idea (estoy exagerando un poco, lo admito). Conociendo la historia, se puede entender mejor porque el país está donde está así como te da una visión de como la gente local ve a si mismo. Creo que a mí conocimientos de historia da un fondo por abajo de las piernas y un sentido de seguridad. Entiendo mejor el lugar donde estoy viviendo.

Por otro lado, el conocimiento de historia forma unas ¨memorias falsas¨. Si creces en una cuidad, todas las calles tiene una historia - aquí solía jugar con mis amigos, por ahí era un bar muy bueno etc. Las calles están llenas de emociones y recuerdos de que ni siquiera damos cuenta.  En un país nuevo no hay nada de eso. Todo es extraño, no hay nada familiar. A mi Murcia ahora no es solo una cuidad donde estoy viviendo por accidente, es una ciudad fundada por los árabes, conquistada y reconstruida, calles tiene sus misterios y puedo oír los pasos de la gente que las ha pisado antes de mi. Las calles te empiezan a hablar y es un sentimiento muy bonito.

Cuidado con la elección de los libros, especialmente en caso de eventos recientes que todavía están vivos en memoria de la gente (en caso de España - guerra civil y época de Franco). Yo estoy leyendo el libro de Juan Eslava Galán ¨Historia de España contada para los escépticos¨, que, a parte de contar las leyendas comunes, tiene una visión muy crítica a todo, que a mí me encanta.

3. Aprende cosas sobre tu propio país. Viviendo en Letonia no sabía tantas cosas sobre mi país como sé ahora. Explicación es muy simple - gente te pregunta cosas de estilo ¨y cuanta gente vive por ahí, que grande que es, hay más de uno o otro ahí como en España? Yo durante mi vida en España muchas veces he visitado páginas web de estadísticas, para no dar mi opinión personal, que puede ser erróneo, pero también tener la base objetiva. En cualquier hora puedo decir el numero de habitantes (2,2 millones) y territorio (64 mil kilómetros cuadrados) de mi país y eso es solo el principio.

4. Prepárate a tener los mismos discursos 1000 veces. El discurso típico de un Español conmigo: De donde eres? Habláis ruso por ahí? Pero es parecido al ruso? De verdad no parece? Hace frío por ahí, si? Hay veces cuando me siento como un disco rallado, pero lo entiendo y aguanto. Para mi es el discurso 768, pero para la otra persona es el primero. Creo que a los españoles fuera de España también toca hablar de toros, playa y flamenco. Es un nivel de discurso que toca a sobrevivir para empiezar a tener una convercación más interesante.

5. Arriesga. Primera compra en España para mi era una pesadilla. A parte de ni saber los nombres de los productos en español, me encontré con en tienda llena de cosas que no me decía nada.  Es una sensación muy rara estar entre los pasillos enormes con las latas y cajas coloradas, pero no conocer ni un producto o marca, no tener ni idea si las cosas que estas comprando te gusta o no. Los nombres de galletas no te dice nada, los quesos son extraños y de pan mejor ni hablar. Para poner un ejemplo malo, un ex-compañero del piso de mi chico, un chino, tiró viviendo en España un año, pero vivió de tiendas chinas donde compraba solo productos chinos. A parte de que el piso olía como un restaurante chino de baja cualidad todos los días, el chaval no vivía en España, vivía en una mini-china. Mi compra durante los primeros meses siempre fue un riesgo, pero con el método de prueba y error he encontrado mis galletas preferidas, me encanta la tortilla de patatas y prefiero la pizza congelada de Mercadona a la del Eroski. Puede parecer una tontería, pero no lo es.

6. Prepárate a cambiar lo todo. Olvídate de lo ¨normal¨. No hay nada ¨normal¨ en el mundo. Para mi la cerveza normal era la de 0.5 litros, un poco más caliente que la de España, más fuerte y servida en un lugar sin servilletas y restos de comida en el suelo. La compra lo solía hacer el domingo y salía del trabajo a las 5 por la tarde. Mi almohada era cuadrada en lugar de tan alargada, dejar llaves dentro del piso no era una catástrofe, porque era posible de abrir la puerta y cogerlas, desayuno era salado, la gente a los 20 años como mucho ya no vivía con sus padres y Navidad era blanco. Vaya tela. Es bastante complicado olvidar como ¨debe ser¨ las cosas, no hay versión correcta. Lo que puedo decir es que muchas cosas tiene su explicación que aprendes con el tiempo. La cerveza, por ejemplo - en el verano aquí hace tanto calor que no tiene sentido servir las cervezas grandes que se van a calentar en seguida. No aconsejo ni ciegamente coger todo el nuevo, ni seguir con lo suyo. Es un proceso de re-evaluación de todo.

7. Encuentra un ¨consultante cultural¨ . Yo tengo par de amigos españoles que utilizo como consultantes. El discurso típico es ¨Es normal que...¨, ¨En ese caso puedo decir algo o será demasiado nórdico?¨ y ¨Y que es el rollo de los catalanes?¨ Hay muchas temas sensibles, normalmente de relaciones entre personas, historia y eventos sociales. Mi ultima consulta era ¨cuanto personas deben dormir en el autobús para pedir que los demás terminan la fiesta¨. Y hay diferencia entre Letonia y España.

8. Vete donde no te espera. Esta idea me lo enseño una amiga ecuatoriana y me encanta. Si eres el único inmigrante del grupo, es el lugar donde debes estar. Has llegado más profundamente en el alma del país, es el momento cuando puedes sentirte como una persona local. Cursos de centro cultural local, encuentros de ambientalistas, clubes de montaña, protectoras de animales, fiestas de amigos en las casas en campo - hay muchos lugares donde buscar ambientes de ese tipo. Ahí es donde debes meterte si quieres pertenecer. Últimamente evito los eventos  ¨interculturales¨ y ¨de integración¨. Prefiero recoger naranjas en casa de amigos y eso me enseña más de España que cualquier encuentro.

9. Recuerda, que eres más que tu. Me gusta cocinar. Hago de todo. Y no importa que preparo, alguien me va a preguntar si ¨eso es típico de mi país¨ y si ¨todos cocinamos mucho¨. Collar que compro en Letonia es un collar típico, a pesar de ser fabricado en china, mi manera de hablar es típica, mi sentido de humor es típico. Todo que soy yo sin analizar pasa a ser ¨la manera letóna¨. Ser inmigrante significa ser representante de tu país y comunidad inmigrante en general 24 horas al día. De tus hechos están juzgando tu país, de ti aprende. Tu eres el único vínculo que tiene la gente, impresión que das muchas veces es la única que gente va a tener. He mantenido discursos con señores mayores en paradas de autobuses sobre el libro que estoy leyendo y señoras en Mercadona sobre su compra solamente para no dar mala fama a los inmigrantes.

10. Disgusto es normal. Hay días cuando encuentro un gilipollas demasiado y vuelvo a casa enfadada con el mundo. Normalmente en días así de mi boca salen frases como ¨es que los Españoles son unos tontos¨ o peor todavía. Lo mismo pasó en Letonia, pero en ese caso no me enfadé con ¨los letones¨, me enfadé ¨con el mundo¨. Ahora, como la cualidad que me distingue de los demás es nacionalidad, sin quererlo enfado ¨con los españoles¨. No está bien, pero pasa. Debo aceptarlo y no guardarlo dentro. Por suerte mi chico siempre escucha mis lecciones sobre tema ¨porque yo odio los españoles¨ y yo hago lo mismo para el. Al día siguiente estoy bien y lista de mezclarme y conocer cosas nuevas.

Hablando de casos más concretos, en principio me sentí muy mal en la hora de admitir a mi misma que algún español o costumbre española no me gusta. Pensaba ¨es que no lo entiendo, es otra cultura¨, pensaba que la culpa es mía. Ahora creo que ha llegado la hora de admitir que hay personas malas, o simplemente personas con quién no tiene nada en común, en todos los países. Y hay costumbres malas y inútiles, como ensuciar las calles, no respectar las mujeres, que uno no debe aguantar. El disgusto está permitido y es normal. Ni una cultura y ni una persona es perfecta y los inmigrantes también tenemos derechos a criticar lo que vemos.